Aguirre, la ira de Dios (1972), una fábula alucinante de Werner Herzog.

miércoles, 23 de marzo de 2011

ELIZABETH TAYLOR: No más reflejos en sus ojos violeta



¿Cómo es la vida de una estrella de cine?


Cuando era yo muy joven, tenía un segmento de comentarios sobre cine en un programa noticioso de la televisión y en cierto momento, para presentar mi intervención, el conductor del noticiero me planteó esa pregunta. Recuerdo que le respondí: "No lo sé, eso habría que preguntárselo a Elizabeth Taylor". Y es que si hubo un paradigma de la estrella de Hollywood, fue precisamente ella. La misma que hoy murió ante el desconocimiento de una generación que no ha visto sus películas y que la define con el único antecedente que tiene suyo: "Una amiga de Michael Jackson". Y es que, como en la célebre canción tema de Casablanca, el tiempo pasa.





Tenía los ojos de color violeta y se hizo famosa como Cleopatra. Mientras se filmaba la superproducción más costosa de la época, en 1963, la reina egipcia seducía al general romano Marco Aurelio al tiempo que Elizabeth Taylor también se enamoraba de Richard Burton -de la misma manera que sucedió en la película La amante del teniente francés, en que actor y actriz se involucran dentro y fuera de la pantalla-. Se casaron no una, sino dos veces, y durante el rodaje de La noche de la iguana descubrieron Puerto Vallarta, fincaron una residencia y pusieron de moda un lugar que entonces ni siquiera era posible localizar en los mapas.





Tuvo un precoz debut en el cine a los diez años. Resuelta a dejar atrás su imagen de actriz infantil en Fuego de juventud y no ser más la dulce Amy de Mujercitas, se decidió a cambiar la compañía de Lassie por las de Marlon Brando, Paul Newman y Montgomery Clift, las funciones de matinée por los dramas atormantados de Tennessee Williams: La gata sobre el tejado caliente y De repente en el verano. Empecinada en interpretar personajes complejos, a mediados de la década de los sesenta protagonizó las adaptaciones al cine de ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, la pieza teatral de Edward Albee, y de Reflejos en un ojo dorado, la novela de Carson McCullers, así como una intrincada y perversa Ceremonia secreta, dirigida por Joseph Losey.




Fueron célebres sus rupturas y reconciliaciones con Richard Burton. Juntos protagonizaron diez películas, ocho de ellas entre 1963 y 1968. Volvieron a reunirse en 1972, para interpretar Unidos por el mal y Bajo el bosque lácteo, sobre la obra de Dylan Thomas titulada en inglés Under Milk Wood, en la que también los acompañaría Peter O'Toole. No eran trabajos para agradar al grueso del público, que prefería leer en las columnas de chismes sobre el diamante que Burton le regaló, el más grande del mundo -se lo compró a Cartier por poco más de un millón de dólares-. Lo que a casi nadie le interesó es que diez años después lo subastaría para obtener los fondos requeridos con el fin de construir un hospital en Botswana.


Desde su infancia estuvo vinculada con las actividades artísticas. Sus padres, estadounidenses de St. Louis, Missouri, se trasladaron a la Gran Bretaña para abrir una galería de arte y por eso fue que nació en Londres. De manera que aunque sólo haya sido por mera coincidencia geográfica, Elizabeth Taylor pertenece a la generación de actrices nacidas en Inglaterra durante los años treinta, como Vanessa Redgrave, Glenda Jackson, Julie Andrews, Maggie Smith, Judi Dench y Susannah York: las Hollywinners, todas ellas ganadoras del Oscar con excepción de esta última, quien sólo estuvo nominada. Elizabeth Taylor recibió el premio a la mejor actriz por Una venus en visón (Butterfield 8), en 1960, y por ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, en 1966.




Cuando se observan las deslavadas fotografías en sepia en las que aparecían las figuras del cine mudo, uno tiene la certeza de que ya no quedan sobrevivientes. Revisando los repartos de las películas en las que intervino Elizabeth Taylor, empezando con Orson Welles y Joan Fontaine, cuando participó todavía sin crédito en la versión de 1943 de Jane Eyre, para después sumar a la lista los nombres de Mickey Rooney, William Powell, Irene Dunne, June Allyson, Spencer Tracy, Joan Bennett, Montgomery Clift, Shelley Winters, Vittorio Gassman, Peter Finch, Rock Hudson, James Dean, Paul Newman, Katharine Hepburn, Marlon Brando, Robert Mitchum y Susannah York, todos ya fallecidos, nos percatamos de que la siguiente generación, la que alcanzó la gloria del color (solía publicitarse como "glorioso Technicolor"), está a punto de desaparecer.


Alguna vez fue denominada la mujer más hermosa del planeta. Los ojos color violeta de Elizabeth Taylor se cerraron. Ahora sólo podrán ser vistos en sus películas.




Créditos finales:
(Por orden de aparición)


Como Maggie la gata Pollitt, en Una gata sobre el tejado caliente (Cat on a Hot Tin Roof, 1958), dirigida por Richard Brooks


Cleopatra (1963), dirigida por Joseph L. Mankiewicz


Como Kathie Merrick en El valor de Lassie (Courage of Lassie, 1946), dirigida por Fred M. Wilcox


Con Richard Burton en Los farsantes (The Comedians, 1967), dirigida por Peter Glenville


Con Marlon Brando en Reflejos en un ojo dorado (Reflections in a Golden Eye, 1967), dirigida por John Huston


Como Kay Banks en El padre de la novia (The Father of the Bride, 1950), dirigida por Vincente Minelli

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