Aguirre, la ira de Dios (1972), una fábula alucinante de Werner Herzog.
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jueves, 4 de abril de 2024

Warner Brothers: EL CENTENARIO, UN AÑO DESPUÉS


El 4 de abril del año pasado, la legendaria compañía productora Warner Brothers llegó al centenario de su fundación. Si bien no le corresponde el mérito de haber inventado Hollywood y la Universal Pictures es más antigua -se fundó el 30 de abril de 1912, como ya lo hemos consignado con anterioridad: Universal Pictures cumple cien años-, en dicho período que cubre 101 años de existencia, cabe destacar que algunos de los títulos producidos por esta empresa constituyen una parte esencial en la historia de la cinematografía.

A estas alturas del nuevo milenio, ni siquiera es posible imaginar que Casablanca no se hubiera filmado nunca, y ya que nos referimos a una de los clásicos protagonizado por Humphrey Bogart, imposible dejar de mencionar también El halcón maltés, adaptación de la novela homónima de Dashiell Hammett y película clave en el género denominado cine negro.


En mi novela Una serenata para Lupe, que se ocupa de la vida y suicidio de la estrella mexicana Lupe Vélez, consigno que la paternidad del cine sonoro se le atribuye a Sam Warner:

«-  ¡Esperen un minuto! ¡Todavía no han escuchado nada!

Sorprendía la voz de Al Jolson a los asistentes durante la proyección de la película  El cantante de Jazz, en el Teatro Warner de Nueva York. Eran los primeros días del otoño de 1927. El cine, al igual que cualquier ser humano, había aprendido a moverse con torpeza y a dar sus primeros pasos, antes de balbucear unas palabras. Sam Warner, a quien se le conocía como “el padre del sonido”, no alcanzó a presenciarlo. Murió el día previo al estreno de la película, el 5 de octubre.»


Y ya que he recurrido a esa referencia incluida en el capítulo 4: ... Y se hizo el sonido, en la mencionada novela, a propósito de Jack Warner, quien tomaría las riendas de la empresa luego del fallecimiento de su hermano mayor, sostiene un extenso diálogo con Errol Flynn con motivo del inminente rodaje de Las aventuras de Robin Hood, del cual proviene el siguiente párrafo:

«Jack L. Warner, era el menor de los cuatro hermanos que fundaron en 1918 la famosa productora que llevaba su apellido, luego de incursionar en el cine como proyeccio- nistas ambulantes, establecieron una empresa distribuidora de películas. Los otros tres hermanos nacieron en Polonia en tanto que Jacob Leonard fue el único oriundo de Canadá. De todos ellos, era quien poseía el carácter más inflamable y Flynn había estirado la soga más allá de su tolerancia. Warner estaba acostumbrado a mandar y no iba a permitir que un actor con ínfulas de estrella tratara de imponerle sus necedades


Después de un siglo, no queda ningún resquicio para la duda sobre la importancia de la Warner Brothers y una lista de sus películas más destacadas así lo confirma. Durante los festejos del centenario, los expertos elaboraron abundantes recopilaciones, arbitrarias y caprichosas, como suele serlo todo aquello que entraña una propuesta antológica. Cada quien tendrá sus favoritas personales, películas inolvidables por su calidad, debido a que tocaron algún punto muy sensible de la intimidad, o porque nos remiten al recuerdo de dónde o cuándo, pero sobre todo, acompañados por quién. las vimos.

En los días subsecuentes intentaré establecer una selección de títulos producidos por la Warner, que considero los más notables.

Jules Etienne

sábado, 28 de febrero de 2015

1965: UN AÑO DE CINE


En la reciente entrega anual del Oscar, aprovechando los cincuenta años del estreno de La novicia rebelde (The Sound of Music), como parte de la ceremonia Hollywood rindió tributo a sus canciones y, por supuesto, a Julie Andrews, con la interpretación de Lady Gaga. Me parece que no se merece mayor comentario puesto que todo fue predecible, con el inevitable estilo glamourizado que se acostumbra en esas situaciones y una conmovida Julie Andrews, muy bien conservada, habría que decirlo -cumplirá ochenta años el próximo octubre-, agradeciendo el homenaje.

Sin embargo, esto sirvió de alguna manera para desanudar los recuerdos relativos a ese mismo año, 1965, y preguntarse qué películas se estrenaron y cuáles fueron las mejores, así como otros acontecimientos relacionados con el cine que tuvieron lugar en esa época.


Sin duda, prevalece la figura de Julie Andrews, puesto que aún se exhibía Mary Poppins cuando tuvo lugar el estreno de La novicia rebelde. Por ejemplo, en la ciudad de México hubo un momento, en el mes de noviembre para ser precisos, cuando ambas películas le disputaban la taquilla a Mi bella dama, con Audrey Hepburn. La primera se proyectaba en el cine Chapultepec y ésta última en la enorme pantalla del Diana. El cine Manacar -ahora recién desaparecido, como era de suponerse-, se había inaugurado apenas en marzo de ese mismo año y La novicia rebelde, que se exhibiría a partir del 18 de noviembre, impuso una marca de permanencia al prolongarse durante 65 semanas. El boleto de entrada a dichas salas costaba ocho pesos, en tanto que los cines populares cobraban dos pesos. En diciembre también llegaría la película La noche de un día difícil, para aprovechar la inmensa popularidad de los entonces jóvenes Beatles, pero fue de inmediato prohibida por el entonces regente de la ciudad, Ernesto P. Uruchurtu, "para evitar escándalos como los del día de su estreno".


Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti, que había padecido la censura desde su exhibición en el festival de Venecia e incluso se suprimieron algunas escenas -como la del asesinato de Nadia-, luego de formar parte del programa de la III Reseña Internacional de Cine de Acapulco, en 1960, permaneció cinco años sin el necesario permiso de exhibición comercial hasta que por fin se le autorizó y pudo estrenarse el 25 de diciembre en los cines Paría y Paseo, que privilegiaban las películas europeas.

A propósito de la reseña de Acapulco, en su VIII edición, incluyó títulos como El knack... y como lograrlo, de Richard Lester; Alphaville, de Jean Luc Godard; y Sandra, vagas estrellas de la Osa Mayor, del mencionado Visconti, que habían sido las ganadoras en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, respectivamente.


Aunque la primera aventura de James Bond, El satánico doctor No, se había filmado en 1962, llegó a México hasta febrero de 1964, en noviembre tuvo lugar un preestreno de El regreso del agente 007 (From Russia With Love), y en julio de 1965, en la pantalla del imponente cine Roble, apareció con corrida normal en la cartelera. Sería, por cierto, la película que marcó el final en la prolífica carrera de Pedro Armendáriz. Por su parte, Tom Jones, de Tony Richardson, a pesar del Oscar a la mejor película de 1963, en México se estrenaría ese junio, en el flamante cine Manacar.


Fue el año de producción de Doctor Zhivago y Darling, por la que Julie Christie obtendría el Oscar a la mejor actriz, y también llegaron Cleopatra, nimbada por lo costoso de su presupuesto además del romance de Elizabeth Taylor con Richard Burton, y Zorba el griego, el personaje más recordado de Anthony Quinn. El símbolo sexual Brigitte Bardot y Jeanne Moreau filmaban ¡Viva María!, bajo la dirección de Louis Malle, en escenarios de Tlacotalpan, Veracruz, en tanto que Glenn Ford y Stella Stevens llegaron a México para participar en El mal, de Gilberto Gazcón.
 


En 1965 debutaron en el cine Jacqueline Bisset con un bit en El knack... y como lograrlo, y Costa Gavras dirigió Crimen en el coche cama, que fue un éxito presenciado por sesenta mil espectadores durante su primera semana de exhibición en París. También tendría lugar la última aparición en pantalla de Vivien Leigh, en La nave de los locos (Ship of Fools). Murieron Stan Laurel, el Flaco, pareja cómica de Oliver Hardy, el Gordo, fallecido por su parte en 1957, Clara Bow y David O. Selznick; a su vez nacían Brooke Shields (31 de mayo) y Charlie Sheen (3 de septiembre).


En su edición de octubre, la famosa revista Playboy publicó un reportaje gráfico con los desnudos de una joven actriz francesa de quien apenas comenzaban a llegar sus primeras películas a México en ese año: Los paraguas de Cherburgo, A cazar solteros, Vicio y virtud. Su nombre: Catherine Deneuve. Por cierto, Repulsión, de Roman Polanski, a pesar de haberse filmado en ese 1965, se exhibiría en México hasta el 4 de julio de 1968, con motivo de la reinauguración del cine Regis como sala de arte, incluso después que Bella de día, de Luis Buñuel, que era posterior.

Cada quien tiene su lista personal de películas favoritas correspondientes a ese año. En los  días subsecuentes trataré de compartir la mía, sería interesante conocer la de los visitantes de Textos, mentiras y videos.


Jules Etienne

sábado, 22 de junio de 2013

¿NOS VOLVERÁ A ENGAÑAR ROGER RABBIT?


El 22 de junio de 1988 se estrenó la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Who Framed Roger Rabbit), aunque su correspondiente première había tenido lugar la noche previa, el martes del solsticio, en Nueva York. De manera que ahora se está celebrando el primer cuarto de siglo de su exhibición. Por supuesto, los distribuidores han aprovechado para relanzarla al mercado en una edición conmemorativa, pero quienes esperábamos una nueva aventura del personaje, por supuesto, junto a su esposa Jessica, nos hemos tenido que resignar con permanecer a la expectativa de algo que, como todos los indicios llevan a suponer, ya no sucederá. Podría decirse que en esta ocasión el engañado no ha sido el conejo, sino los espectadores.


Inspirada en la novela ¿Quién censuró a Roger Rabbit? (esa es la traducción literal de su título en inglés: Who Censored Roger Rabbit?), de Gary K. Wolf, se convirtió en un rotundo éxito de taquilla e incluso los críticos más exigentes la aceptaron de buen grado. Y es que el resultado en pantalla fue no sólo divertido sino innovador. Sin embargo, ya se sabe que el cine, al manejar un lenguaje con imágenes diferente al de la literatura, suele modificar y hasta traicionar, con innegable asiduidad, los textos originales.


Aunque este no sería el caso, algunas de las diferencias entre el texto y la película son que Roger Rabbit era una estrella de las tiras cómicas, no del cine; Jessica no lo quería, era una vampiresa de tiempo completo (mientras que su dibujo animado es, además de seductor, noble: No soy mala, sólo me dibujaron de esa forma. Por cierto, este parlamento ha sido incluido en una lista de las mejores cien frases en la historia del cine de Hollywood); pero, sobre todo, Roger Rabbit muere al final de la novela. Cabría señalar la peculiaridad de que para comunicarse con los dibujos era necesario leer el globo conteniendo su diálogo: El conejo envió un par de globos sin palabras, vacíos... En el siguiente intento lo hizo mejor. Sus palabras eran confusas, de un gris translúcido, pero legibles, dice en cierto momento Eddie Valiant.


Cuando la novela apareció publicada, en 1981, pasó casi desapercibida hasta que los estudios Disney decidieron que podía resultar interesante esa singular mezcla de dibujos animados con seres humanos, cuya técnica había sido experimentada con anterioridad en películas como Leven anclas (Anchor's Aweigh, 1945), en la que Gene Kelly bailaba junto al ratón Jerry. Debido a lo costoso de la producción y lo complicado de sus efectos especiales, decidieron asociarse con Steven Spielberg. Entonces entraron en una fase de negociaciones bastante compleja para que Warner Brothers accediese a permitir la aparición de sus Looney Toones. Una de las claúsulas del contrato establecía que Bugs Bunny debería estar el mismo tiempo en pantalla que Mickey Mouse, y por eso es que siempre aparecen juntos en escena. En cambio, no fue posible llegar a un arreglo con Metro Goldwyn Mayer y es la razón por la que Tom y Jerry no figuran en el reparto.
 

Una referencia para cinéfilos tiene lugar en la escena que el juez (Christopher Lloyd) inquiere en el bar si alguien ha visto al conejo y entre los parroquianos alguno le responde que incluso en ese momento se encuentra en el bar. Todos suponen que va a delatar a Roger Rabbit, quien acaba de ocultarse, sin embargo, hace una broma relativa a Harvey, el conejo invisible de la obra teatral de Mary Chase, que sólo el protagonista Elwood P. Dowd (interpretado en la versión fílmica* por James Stewart) es capaz de ver.


El doblaje de las voces estuvo a cargo de las mismas personas que lo habían hecho durante tantos años: Tony Anselmo hizo la del pato Donald, Wayne Allwine la de Mickey Mouse, Mel Blanc las diferentes caracterizaciones de los Looney Toones y hasta Mae Questel, que desde 1939 no le daba su voz a Betty Boop, quien aparece, por cierto, en mi escena favorita, cuando el detective Eddie Valiant (Bob Hoskins) acude al centro nocturno en que canta Jessica Rabbit para conocerla y Betty Boop tiene un diálogo con él: en ese momento surge Jessica en todo su esplendor cantando Why don't you do right? (si bien la voz sensual del personaje corresponde en los diálogos a Kathleen Turner, la canción fue interpretada por Amy Irving, quien estaba casada con Spielberg en esa época). La novela refiere que durante su juventud Jessica participó en dibujos porno (en las legendarias Tijuana Bibles) y que es capaz de obtener lo que sea a cambio de sexo, en tanto que la lealtad que demuestra por su marido sólo se exalta en la película.


La producción elevó su presupuesto debido a que la elaboración de los dibujos animados fue hecha a mano, al estilo tradicional, y eso prolongó mucho los tiempos de rodaje. Sin embargo, al final, su recaudación rebasó ampliamente los costos de producción y hasta ganó cuatro premios de la Academia. Después vendría una amarga etapa de demandas y contra demandas entre su autor Gary K. Wolf y los estudios Disney, por motivo del pago de regalías. Esto dificultó la filmación de una secuela en su momento, aunado a que las técnicas de animación se transformaron de manera radical.

 
Robert Zemeckis, por su parte, durante la presentación en Londres de El vuelo (Flight), declaró: "Si fuese a realizar la secuela, se haría igual que la primera. Se vería de la misma manera, pero se presentaría en tercera dimensión para su estreno. Haría toda la animación a mano, aunque utilizando las herramientas de la tercera dimensión. No sería algo como Pixar 3-D. No se vería así..." Cabe subrayar que el cineasta siempre conjugó los verbos de manera condicionada, en ningún momento aseveró con certeza. Más tarde, en marzo pasado, en una entrevista para MTV, admitió que "existe un guión para la secuela, y es muy bueno". Algo que los productores Jack Rapke y Steve Starkey habían adelantado en la citada función en Londres.


En cuanto a la novela, ante la imposibilidad de escribir una nueva aventura del personaje, debido a que había muerto en su conclusión, Gary K. Wolf escribió otro caso del detective Eddie Valiant en Toontown: Who P-p-p-plugged Roger Rabbit?, de la cual aún no me ha sido posible ubicar una traducción al español. Apareció publicada en inglés en abril de 2010. Una editorial de nombre Musa Publishing anuncia el tercer título de la saga: Who Wacked Roger Rabbitt? para el próximo mes de noviembre en versión digital. Para evitar confusiones resulta oportuna la aclaración de que hay dos escritores estadounidenses casi homónimos: uno de ellos es Gary K. Wolfe, especialista en el género de la ciencia ficción, y el otro es Gary K. Wolf, autor de la obra que nos ocupa.


¿Quién engañó a Roger Rabbit? es un mero divertimento sin más pretensiones que el espectáculo en la pantalla. No requiere de otros méritos porque obtiene lo que se propone desde su primera imagen. Es la esencia misma de Hollywood en su mejor expresión.


Jules Etienne
 
* Harvey (1950), se exhibió en España como El invisible Harvey, por la que James Stewart recibió una nominación para el Oscar al mejor actor. 

sábado, 28 de abril de 2012

Universal Pictures cumple cien años


El 30 de abril de 1912, un grupo de pequeñas compañías* dedicadas a la producción y distribución de películas en la todavía incipiente industria del cine, por iniciativa de Carl Laemmle, se fusionaron para dar origen a lo que en principio se llamaría Universal Motion Picture Manufacturing Company, con el tiempo conocida como Universal Pictures. De manera que este año se cumple el centenario de dicho suceso.


Poco tiempo después, en 1915, adquirieron un predio en el valle de San Fernando, para establecer allí los célebres estudios Universal. Junto con la Paramount Pictures son las dos productoras más antiguas de Hollywood que permanecen activas. El mérito a la mayor longevidad corresponde a la compañía francesa Gaumont, que se fundó en 1895 para dedicarse originalmente a la fotografía. Dos años después y ante la curiosidad que suscitaba la reciente invención del cinematógrafo de los hermanos Lumiére, dedidieron aventurarse a filmar sus primeros cortometrajes.


A Universal se le adjudica la paternidad del cine de monstruos, encabezados por Dracula, Frankenstein, La momia y El hombre lobo, que le dieron un exitoso giro renovador al género y con posterioridad revitalizan- do también el suspenso con auténticos clásicos de Alfred Hitchcock como La ventana indiscreta, De entre los muertos (Vertigo), Psicosis y Los pájaros. Productora responsable de varias ganadoras del Oscar a la mejor película, desde el alegato pacifista Sin novedad en el frente (All Quiet in the Western Front, 1930), hasta Una mente brillante (A Beautiful Mind, 2001), a principios del nuevo siglo, pasando por la versión de Laurence Olivier de Hamlet (1948), El Golpe (The Sting, 1973), El francotirador (The Deer Hunter, 1978), África mía (Out of Africa, 1985), La lista de Schindler (1993), Shakespeare enamorado (Shakespeare in Love, 1998) y la épica Gladiador (2000), prepara la celebración de estos cien años con un ciclo itinerante para exhibir algunos de sus títulos más representativos.


El Archivo de cine y televisión de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) tuvo a su cargo la labor de restaurar las copias que se proyectarán durante el festejo, de manera que también participa en la organización de la gira la cual, luego de dar principio en la sede de la propia universidad en Berkeley, viajará, además de Los Ángeles, a otras nueve ciudades de los Estados Unidos, como New York, Chicago, Washington, y a mediados de agosto atravesará la frontera canadiense para su presentación en Vancouver -lugar en el que radico-, donde las exhibiciones tendrán lugar en la Cinemateca del Pacífico (Pacific Cinematheque).

Jules Etienne

* Pat Powers de Powers Motion Picture Company, Mark Dintenfass de Champion Film Company, William Swanson de Rex Motion Picture Company, David Horsley de Nestor Film Company y Charles Baumann y Adam Kessel por la New York Motion Picture Company se unieron bajo la razón social Universal Film Manufacturing Company, bajo el liderazgo de Carl Laemmle.

jueves, 26 de abril de 2012

Casi un siglo después: LA INVENCIÓN DE HOLLYWOOD


En su época, Cecil Blount DeMille fue una auténtica leyenda viviente, puesto que a él se le atribuía la paternidad de Hollywood. Desde 1908, Thomas Alva Edison, quien se adjudicaba arbitrariamente la invención del cine ignorando a los hermanos Lumiére, a través de la Motion Picture Patents Company controlaba casi todas las patentes de la industria, lo que le permitía monopolizar el mercado de la exhibición y distribución de películas. Esto llevó a muchos incipientes productores a la quiebra y ahuyentó a otros tantos de invertir en el cine.


Sin embargo, el entonces muy joven DeMille junto con Jesse Lasky, quien tenía una gran experiencia como empresario de vodeviles, y el cuñado de éste, un vendedor de guantes para dama -cuyo nombre originalmente en polaco era Schmuel Gelbfisz, pero el empleado de la oficina de inmigración se lo americanizó a su llegada por el de Samuel Goldfish*-, juntos iniciaron una nueva compañía productora, la Jesse Lasky Feature Plays Company, con un capital de veinte mil dólares, de los cuales sólo habían cubierto quince mil por lo que DeMille invitó a su hermano a formar parte de la sociedad aportando el resto, pero éste aludía al cine de manera peyorativa y le respondió que prefería guardar ese dinero para cuando le tuviera que pedir prestado después del fracaso que los esperaba. Con el tiempo, esa empresa daría origen a la Paramount Pictures. Un primo de Goldfish le advirtió que no debería correr el riesgo de invertir en el negocio del cine, porque “encubría demasiadas trampas”. Años después de que la compañía logró establecerse con éxito, cada vez que enfrentaban un problema, alguno de los tres recurría a la broma privada de llamarlo “trampa”, en alusión a dicha frase.


En 1913, estaban listos para emprender su primera aventura fílmica. Como la familia DeMille siempre había estado ligada al teatro, tanto sus padres como su hermano, quien había estudiado dramaturgia en Nueva York, tenían muchos conocidos en el medio. Con la intención de beneficiarse de la popularidad de Dustin Farnum, un joven actor de Broadway, y aprovechando que en ese momento no tenía ninguna obra en escena, no hubo mayor dificultad para conseguir que accediera a pasar unas cuantas semanas protagonizando la película que planeaban filmar en Arizona. De paso, le ofreció formar parte de la sociedad invirtiendo los cinco mil dólares que aún les hacían falta, pero Farnum prefirió que le pagaran 250 dólares semanales por su trabajo. Mientras tanto, Goldfish buscaba a D. W. Griffith para que la dirigiera, pero como no logró convencerlo le propusieron al propio DeMille que se hiciera cargo de la dirección.


Cuando arribaron a Flagstaff, se percataron de que ni el clima, soleado y cálido, ni el paisaje árido, les servirían para pretender que la acción se desarrollaba en Wyoming, como lo establecía la obra teatral de Edwin Milton en la que se basaron para elaborar un guión de veinte páginas que garrapatearon el propio DeMille y el fotógrafo Oscar Apfel, durante el viaje desde Nueva York. En la propia estación del tren cambiaron de planes y se decidieron a continuar con rumbo al oeste, hasta el final de la línea ferroviaria. Así fue como llegaron a un suburbio de Los Ángeles, en el antiguo valle de Cahuengas. El sitio era conocido como Hollywood. Alquilaron un granero por 75 dólares, el cual adaptaron como foro y ahí rodaron El Prófugo (The Squaw Man, 1914). La película les tomó cuatro semanas, con un costo que rebasó el capital de la productora. En seis meses, los ingresos que obtuvo durante su exhibición multiplicaron diez veces la inversión original. No tuvieron que transcurrir ni cuatro años, cuando los cinco mil dólares que había invertido DeMille se habían transformado en un millón.



Huyendo de la guerra de las patentes, los productores independientes -que finalmente fueron favorecidos por una ley antitrust en 1912, lo que dejaría la absurda e ingrata tasa Edison sin efecto-, empezaron a trasladarse a California, que además les ofrecía la ventaja de sus espacios abiertos, un clima benévolo con sol casi todo el año y, por lo tanto, la luz necesaria para jornadas de trabajo más extensas. Fue así como Carl Laemmle y la recién creada Universal Pictures, los hermanos Warner, el canadiense Mack Sennett con su Keystone Films, los hermanos Cohn y Thomas Ince –el productor que moriría en el yate de William Hearst- entre otros, también se instalaron en Hollywood.

Jules Etienne

* Luego de su divorcio de la hermana de Lasky, en 1916, se asociócon los
hermanos Edgar y Archibald Selwyn, productores de teatro, y sincopando
ambos apellidos le dieron nombre a la compañía Goldwyn. A él le agradó
tanto que lo adoptó como su nuevo apellido, con el que se volvería célebre.

Créditos finales:
(por orden de aparición)

Rodaje de El prófugo (The Squaw Man), en 1913.

Las primeras oficinas de la Jesse L. Lasky Feature Play Co. en Hollywood.

Título en pantalla de la primera producción de la compañía estrenada en 1914.

Cecil B. DeMille dirigiendo.

Telegrama que DeMille envió a Jesse Lasky solicitando su aprobación para rentar el granero.