Aguirre, la ira de Dios (1972), una fábula alucinante de Werner Herzog.
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jueves, 26 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 1. REPULSIÓN

 
Fue el primer largometraje de Roman Polanski hablado en inglés. Había dirigido Cuchillo en el agua (1962) en Polonia para después mudarse a su Francia natal -aunque sus padres eran polacos y creció en Cracovia, había nacido en París y por eso se segundo nombre es Thierry-. Si bien ya había trabajado previamente otros guiones con Gérard Brach, tanto en el cortometraje Río de diamantes como en Punto muerto (que el propio Polanski confiesa que a nadie le interesaba leer), con Repulsión se dio a conocer lo que devino en una fructífera colaboración que incluye algunos de los títulos más destacados de su filmografía, ya que se extendió hasta Luna amarga (1992), pasando por Punto muerto (Cul-de-sac, 1966), La danza de los vampiros (1967), ¿Qué? (1972), El inquilino (1976), Tess (1979) y Búsqueda frenética (Frantic, 1988).
 
A partir de Repulsión se abre la llamada trilogía del apartamento, a la que seguirán El bebé de Rosemary (1968) y la ya mencionada El inquilino. Se trata de una fábula en la que el horror adquiere una contradictoria belleza. Una hermanas belgas, Helen (Yvonne Fourneaux) y Carole Ledoux, quien es la menor (Catherine Deneuve), comparten un departamento en Londres. Conforme la trama avanza, el espectador es inducido en el microcosmos aberrante de ésta última, que vive su rutina cotidiana de manicurista víctima de un sonambulismo inconsciente, alucina paredes vivientes de las que surgen manos, presencias efímeras en el espejo, y su aversión por los hombres -de ahí el título de la película- la lleva a un estado de sicopatía febril hasta el punto del asesinato.
 
 
Catherine Deneuve interpreta a la joven atormentada con una mirada ajena, extraviada en el limbo de sus obsesiones, y una hermosura delicada, tan natural que se impone a su desaliño. Tenía apenas veintidos años cuando se filmó Repulsión y a partir de entonces su carerera experimentó un giro definitivo: la actriz más importante de Europa durante su apogeo.
 
Concluyo junto con José de la Colina en Miradas al cine, cuando se refiere a que la mirada de Carole se pierde hacia un punto indefinido en la vieja fotografía familiar: "... quizá hacia la figura de su padre, o quizá hacia algo fuera de cuadro, una presencia tan sólo presentida, imaginada o que se anuncia desde el futuro. El film, al cerrarse, se abre hacia un misterio mayor. ¿Qué miraba Carole?" 
 
 
Roman Polanski, desde el origen de su trayectoria como cineasta, estableció su declaración de principios. En Repulsión ya podía presentirse a uno de los grandes creadores en la historia del cine.

 
Jules Etienne  

martes, 24 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 2. DARLING

 
Pocas películas reflejan el espíritu de la década de los años sesenta con la puntualidad con que lo hace Darling. Recoge los comportamientos, la moda y la música, y qué mejor lugar para hacerlo que en la Inglaterra de la minifalda y los Beatles como escenario.
 
Si bien John Schlesinger no perteneció formalmente al movimiento denominado Free Cinema, sus primeros largometrajes, Algo que parezca amor (A Kind of Love, 1962) o Billy, el embustero (Billy Liar, 1963) -en la que también aparece Julie Christie-, estuvieron sin duda influidos por los postulados de dicha corriente. Darling marca una transición de estilos que acabaría por desembocar en Lejos del mundanal ruido (Far From the Madding Crowd, 1967) y su primer trabajo en Estados Unidos: Perdidos en la noche (Midnight Cowboy, 1969).
 
 
Más allá de otras virtudes dramáticas y formales, la película se erige en torno al personaje de la ambiciosa modelo Diana Scott, dispuesta a lo que sea necesario con tal de obtener el ascenso social, ella es el eje mismo sobre el que gira la acción de principio a fin y Julie Christie se apropia de la pantalla por derecho propio, sin demérito de sus coestrellas masculinos, Dirk Bogarde y Laurence Harvey. Tal vez esa sea la mayor aportación de Darling: el descubrimiento de una de las actrices más emblemáticas del cine de la segunda mitad del siglo pasado.


Jules Etienne

sábado, 21 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 3. CRIMEN EN EL COCHE CAMA

 
Era el primer largometraje de un cineasta todavía desconocido que con el tiempo devino en uno de los realizadores europeos más importantes de su generación: el griego afincado en Francia mejor conocido por su nombre abreviado de Costa Gavras. Crimen en el coche cama (Compartiments Tueurs) es una película  de corte detectivesco todavía ajena a las preocupaciones del futuro director de Z (1969), La confesión (1970), Estado de Sitio (1973) y Desaparecido (1982), por citar sólo algunos títulos de su filmografía.

Filmada en blanco y negro, con predominio de las escenas nocturnas y los interiores sobre la luz exterior durante el día, sus imágenes le confieren a la atmósfera ese tono que la ubica bajo las premisas del cine negro. El reparto es uno de sus mayores atributos, integrado por un grupo muy sólido de los entonces jóvenes actores Michel Piccoli, Jean-Louis Trintignant, Charles Denner y Jacques Perrin, apuntalados por la pareja de Yves Montand y Simone Signoret. Con todos ellos, sin excepción, Gavras volvería a trabajar en el futuro. Representaba, también, el primer papel protagónico de Catherine Allégret, hija de Simone Signoret y el cineasta Yves Allégret.

 
Cuando la primera de los seis pasajeros que compartieron el coche dormitorio aparece estrangulada, la policía supone que los otros cinco son los principales sospechosos del crimen. A medida que éstos van siendo asesinados comprenden que, por el contrario, se trata de una lista de víctimas y que de resolver el caso a tiempo podrían salvar a quienes aún se mantienen con vida. El tratamiento formal de las muertes en serie, la meticulosa indagación al analizar los cadáveres y la persecución con que culmina, resultaban un tanto adelantados para su época. A pesar del éxito que la película obtuvo durante su exhibición en Francia y otros países, Gavras abandonó el género para concentrarse en lo que sería el marchamo de su carrera: el cine de contenido político. Pero en Crimen en el coche cama ya se podían vislumbrar las principales cualidades de su oficio.
 
 
Jules Etienne 

jueves, 19 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 4. DOCTOR ZHIVAGO

 
1965 fue el año de Julie Christie. Al momento del estreno de Doctor Zhivago el último día de diciembre a punto de recibir 1966, ya había filmado Darling, la película con la que obtendría el reconocimiento de la crítica, en tanto que el personaje de Lara Antipova, la amante de Yuri Zhivago, le daría toda la popularidad imaginable. Aunque en la novela de Pasternak -quien había obtenido el premio Nobel unos años antes, en 1958-, se describía a Lara como una adolescente de dieciséis años que aparentaba dieciocho por lo desarrollado de su físico, y Julie Christie ya tenía veinticuatro años cumplidos cuando tuvo lugar el rodaje, es bien sabido que eso jamás ha sido un obstáculo para la taumaturgia del cine.
 
De entre los frescos monumentales dirigidos por David Lean para retratar epopeyas históricas, Doctor Zhivago se separa de El puente sobre el río Kwai (1957) y Lawrence de Arabia (1962), porque a diferencia de aquellas, incluye un romance. Más tarde, abordaría de nuevo el tema del adulterio sobre un trasfondo de época, en La hija de Ryan (1970). No fue, de ninguna manera, un cineasta prolífico. Los diecinueve títulos de su filmografía así lo demuestran. Sin embargo, habría que tomar en cuenta lo costoso que resultaba financiar sus películas, el cuidado que había que dedicar al vestuario de cientos de extras y las locaciones remotas, Sri Lanka o Marruecos -además de Jordania y España-, para las dos primeras, en tanto que Finlandia y Canadá como escenario de la gélida Rusia. Todas, además, filmadas con los adelantos técnicos del momento, en 70 mm. para aprovechar las espectaculares pantallas que se habían puesto de moda, y Cinemascope o Panavisión.
 
 
David Lean murió en 1991 sin que alcanzara a realizar su último proyecto: Nostromo, basada en la novela de Joseph Conrad, que sería producida por Steven Spielberg y protagonizada por Marlon Brando y Peter O'Toole. A pesar de todo, su legado fílmico sigue vigente. Nada mal para el hijo de unos cuáqueros rigurosos a quien durante su infancia le tenían prohibido ver películas.


Jules Etienne 

martes, 17 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 5. ALTO ESPIONAJE (El espía que surgió del frío)

 
Eran los tiempos en que la guerra fría se ubicaba en su punto más álgido. La novela de John le Carré en que se basaba, El espía que surgió del frío, era un paradigma en su género. En algunos países de habla hispana se exhibió bajo el título de Alto espionaje, aunque ahora ya se le conoce igual que la novela, por su traducción literal del inglés The Spy Who Came in from the Cold.
 
Se trataba de la primera adaptación a la pantalla de John le Carré (cuyo verdadero nombre es David John Moore Cornwell). Difícil encontrar otra cinta que aborde el tema con mayores logros. La fotografía en blanco y negro contribuye a la creación de una atmósfera ominosa en la Europa de aquella época que se debatía en los intrincados laberintos de la llamada inteligencia y el respectivo contraespionaje. Traiciones, verdades a medias, omisiones deliberadas, con el hoy derruido muro de Berlín como telón de fondo.
 
Una de las mejores actuaciones de Richard Burton interpretando a su protagonista, Alec Leamas, que incluso le valió figurar entre los aspirantes a ese Oscar que nunca obtuvo. En un papel secundario es posible distinguir a Bernard Lee, quien con el tiempo se convertiría en el legendario "M" del serial James Bond. El cineasta Martin Ritt contaba con la experiencia de trabajar sobre textos literarios de William Faulkner y Ernest Hemingway, además de la novela de Ugo Pirro que dio origen a la controvertida Cinco mujeres marcadas (5 Branded Women, 1960).
 
 
La aportación de John le Carré al cine permanece vigente, hace no tantos años fue posible disfrutar El jardinero fiel (The Constant Gardener, 2005), así como El espía que sabía demasiado (Tinker Tailor Soldier Spy, 2011), y recientemente El hombre más buscado (A Most Wanted Man, 2014). También se encuentra próxima a estrenarse en septiembre Un traidor de nosotrosNuestro tipo de traidor (Our Kind of Traitor). Sin embargo, El espía que surgió del frío se erigió en su momento como arquetipo ejemplar de las películas de espionaje.

 
Jules Etienne

sábado, 14 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 6. LA MENTIROSA (La bugiarda)

 
Parece difícil de justificar la inclusión de una película menor en una lista en la que me he permitido dejar fuera, por ejemplo, a La colina de la deshonra (The Hill) o La nave del mal (The Ship of Fools), entre otras, como no sea el mero capricho impulsado por la presencia de Catherine Spaak. Sin embargo, esta comedia de Luigi Comencini, con los típicos ingredientes que caracterizaban una tendencia del cine italiano de esa época, posee algunas cualidades que la diferencian de los enredos sexuales como el único motivo del eje argumental.
 
La mentirosa, también conocida en español bajo el título de Una alcoba para tres (La bugiarda), plantea la infidelidad desde el punto de vista femenino, porque en este caso ya no es un hombre quien engaña a su mujer, como era lo habitual, sino una joven que se comparte de manera simultánea entre ni siquiera dos, sino tres amantes. Más allá de su ligereza, está la propuesta, avanzada para la época, de una mujer tan liberada para ejercer su sexualidad, en una Italia bajo la presión de la iglesia católica que todavía no permitía el divorcio. De allí que abundaron las películas en las que se planteaba la posibilidad de asesinar al cónyuge como la única opción viable para disolver el vínculo matrimonial.
 
 
Catherine Spaak, aunque nacida en Francia realizó toda su carrera en Italia. Imposible olvidar la escena en que se cambia de indumentaria en el asiento trasero de un taxi. Al verla entonces, en plenitud de su belleza, resultaba imposible imaginar que algún día se convertiría en una respetable septuagenaria, como ya ha sucedido.


Jules Etienne

jueves, 12 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 7. LOS AMORES DE UNA RUBIA

 
Aunque Los amores de una rubia (Lásky jedné plavovlásky) compitió en el Festival de Venecia en 1965, a México no llegaría sino hasta finales de 1968 a través de la XI Reseña Internacional de Cine, y se estrenó en corrida normal en marzo siguiente, es decir, con cuatro años de retraso. Era apenas el segundo largometraje dirigido por Milos Forman, quien muchos años después se afincó en Hollywood y alcanzaría la celebridad con Atrapado sin salida y Amadeus.
 
Acostumbrados a que las películas provenientes de Europa del este, desde el otro lado de la llamada "cortina de hierro", solían ser por lo general solemnes y dramáticas, el cine checoslovaco resultaba una verdadera sorpresa por su desenfado y sentido del humor. Los amores de una rubia era, sin duda, una de sus mejores muestras, al lado de otras como Los trenes rigurosamente vigilados, de Jiří Menzel.
 
 
Se trata de una comedia con ribetes melodramáticos que gira en torno a su protagonista, Hana Brechjová, la rubia que le da el título a la película, y un sentido del humor muy peculiar, como cuando el joven músico le dice a la protagonista que la mayoría de las mujeres suelen ser redondas, con la forma de una guitarra y ella, en cambio, es como una guitarra, pero de Picasso. El cineasta no tardaría mucho en trasladarse a los Estados Unidos en donde su primer trabajo, Búsqueda insaciable (Taking Off, 1971), poseía ese mismo espíritu irreverente que prevalece a lo largo de casi toda su filmografía.


Jules Etienne  

martes, 10 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 8. SIETE HOMBRES DE ORO (7 uomini d'oro)


Recuerdo cuánto disfrutamos esta película en su momento. No por el hecho de ser comedia se trataba de una trama simple. Fue incluida en la IX Reseña Internacional de Cine para representar una cinematografía tan calificada como la italiana.

Se decía que estaba inspirada en la historia real de un robo bancario en Marsella. En este caso la trama se ubicaba en Suiza y su director, Marco Vicario, tuvo que recurrir a la argucia de presentar un guión falso a las autoridades para poder filmar frente al edificio de un banco en Ginebra, porque en ese país era considerado un delito filmar una película con dicho tema.


Los nombres de todos los miembros de la banda comenzaban con la letra "A" y el personaje femenino corrió a cargo de Rossana Podestá -quien había trabajado en México muy joven, cuando aún no cumplía los veinte años, en La red, de Emilio Fernández-. 7 hombres de oro no tendría nada que envidiarle al par de Faena a la italiana ni al serial de Danny Ocean. Se trata de un robo muy bien elaborado, valga la paradoja que implica la expresión, "con todas las de la ley". Lástima que nunca tuve oportunidad de volverla a ver.

Jules Etienne

sábado, 7 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 9. TIEMPO DE MORIR


Es difícil encontrar una película de vaqueros, que obedece a todos los códigos del género, y filmada en México, con las cualidades de ésta. Por principio de cuentas, el guión fue escrito por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, cuyos prestigios -escribió José de la Colina-, "avalaban literariamente una historia de venganza campirana en la que había ciertos aspectos rituales derivados del género western".
 
Con esta película debutaba el joven cineasta Arturo Ripstein. Filmada en blanco y negro, con fotografía del canadiense Alex Philips, su atmósfera resulta plenamente lograda. Un hombre sale de prisión tras cumplir una condena de dieciocho años por haber dado muerte a otro. Al regresar a su pueblo con la intención de vivir en paz el tiempo que le resta de vida, es acosado por los hijos del difunto, el mayor de los cuales clama venganza.
 
 
Aunque careció de fortuna en la taquilla ya que apenas permaneció la semana de rigor tras su estreno en el cine Variedades de la ciudad de México, en cambio fue bien recibida por la crítica. Sin duda, se trataba de una de las propuestas más interesantes del por entonces denominado nuevo cine mexicano.


Jules Etienne

jueves, 5 de marzo de 2015

Las mejores películas de 1965: 10. DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS


Esta versión de Drácula corresponde a 1965, porque si fue estrenada en Londres el 9 de enero de 1966, por consecuencia debió filmarse durante el año previo. Así aparece consignada en La guía del cine británico (The British Film Guide), de Peter Hutchings, y en El libro del vampiro (The Vampire Book), de J. Gordon Melton, a despecho de los sitios virtuales como IMDB, que la consideran de 1966 debido a la fecha de su exhibición.
 
El mayor mérito de Drácula, príncipe de las tinieblas (Dracula, Prince of Darkness), como ha sido señalado hasta la saciedad, es haber repetido a Christopher Lee para interpretar al conde, con los prominentes colmillos que serían el distintivo del serial producido por la Hammer Films, y que se prolongaría hasta 1973 con Los rituales satánicos de Drácula (The Satanic Rites of Dracula).
 

Por su parte, el guión de Jimmy Sangster es uno de los más ingeniosos que se hayan escrito para mantener vivo el mito vampírico: da principio con el final del Drácula previo (Horror of Dracula, 1958), cuando resurge de sus propias cenizas revitalizado por la sangre de una víctima y gracias a su fiel sirviente Klove (Philip Latham), en lo que Donald Glut describió como "uno de los baños de sangre más majestuosos que se hayan visto en la pantalla" (One of the most majestic bloodbaths the screen has ever seen).
 
En esta ocasión Drácula también tiene la peculiaridad de que su némesis ya no es el implacable doctor Van Helsing, que solía interpretar Peter Cushing, sino el abad de un monasterio vecino al castillo del conde, el padre Sandor (Andrew Keir).

 
Jules Etienne

sábado, 28 de febrero de 2015

1965: UN AÑO DE CINE


En la reciente entrega anual del Oscar, aprovechando los cincuenta años del estreno de La novicia rebelde (The Sound of Music), como parte de la ceremonia Hollywood rindió tributo a sus canciones y, por supuesto, a Julie Andrews, con la interpretación de Lady Gaga. Me parece que no se merece mayor comentario puesto que todo fue predecible, con el inevitable estilo glamourizado que se acostumbra en esas situaciones y una conmovida Julie Andrews, muy bien conservada, habría que decirlo -cumplirá ochenta años el próximo octubre-, agradeciendo el homenaje.

Sin embargo, esto sirvió de alguna manera para desanudar los recuerdos relativos a ese mismo año, 1965, y preguntarse qué películas se estrenaron y cuáles fueron las mejores, así como otros acontecimientos relacionados con el cine que tuvieron lugar en esa época.


Sin duda, prevalece la figura de Julie Andrews, puesto que aún se exhibía Mary Poppins cuando tuvo lugar el estreno de La novicia rebelde. Por ejemplo, en la ciudad de México hubo un momento, en el mes de noviembre para ser precisos, cuando ambas películas le disputaban la taquilla a Mi bella dama, con Audrey Hepburn. La primera se proyectaba en el cine Chapultepec y ésta última en la enorme pantalla del Diana. El cine Manacar -ahora recién desaparecido, como era de suponerse-, se había inaugurado apenas en marzo de ese mismo año y La novicia rebelde, que se exhibiría a partir del 18 de noviembre, impuso una marca de permanencia al prolongarse durante 65 semanas. El boleto de entrada a dichas salas costaba ocho pesos, en tanto que los cines populares cobraban dos pesos. En diciembre también llegaría la película La noche de un día difícil, para aprovechar la inmensa popularidad de los entonces jóvenes Beatles, pero fue de inmediato prohibida por el entonces regente de la ciudad, Ernesto P. Uruchurtu, "para evitar escándalos como los del día de su estreno".


Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti, que había padecido la censura desde su exhibición en el festival de Venecia e incluso se suprimieron algunas escenas -como la del asesinato de Nadia-, luego de formar parte del programa de la III Reseña Internacional de Cine de Acapulco, en 1960, permaneció cinco años sin el necesario permiso de exhibición comercial hasta que por fin se le autorizó y pudo estrenarse el 25 de diciembre en los cines Paría y Paseo, que privilegiaban las películas europeas.

A propósito de la reseña de Acapulco, en su VIII edición, incluyó títulos como El knack... y como lograrlo, de Richard Lester; Alphaville, de Jean Luc Godard; y Sandra, vagas estrellas de la Osa Mayor, del mencionado Visconti, que habían sido las ganadoras en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, respectivamente.


Aunque la primera aventura de James Bond, El satánico doctor No, se había filmado en 1962, llegó a México hasta febrero de 1964, en noviembre tuvo lugar un preestreno de El regreso del agente 007 (From Russia With Love), y en julio de 1965, en la pantalla del imponente cine Roble, apareció con corrida normal en la cartelera. Sería, por cierto, la película que marcó el final en la prolífica carrera de Pedro Armendáriz. Por su parte, Tom Jones, de Tony Richardson, a pesar del Oscar a la mejor película de 1963, en México se estrenaría ese junio, en el flamante cine Manacar.


Fue el año de producción de Doctor Zhivago y Darling, por la que Julie Christie obtendría el Oscar a la mejor actriz, y también llegaron Cleopatra, nimbada por lo costoso de su presupuesto además del romance de Elizabeth Taylor con Richard Burton, y Zorba el griego, el personaje más recordado de Anthony Quinn. El símbolo sexual Brigitte Bardot y Jeanne Moreau filmaban ¡Viva María!, bajo la dirección de Louis Malle, en escenarios de Tlacotalpan, Veracruz, en tanto que Glenn Ford y Stella Stevens llegaron a México para participar en El mal, de Gilberto Gazcón.
 


En 1965 debutaron en el cine Jacqueline Bisset con un bit en El knack... y como lograrlo, y Costa Gavras dirigió Crimen en el coche cama, que fue un éxito presenciado por sesenta mil espectadores durante su primera semana de exhibición en París. También tendría lugar la última aparición en pantalla de Vivien Leigh, en La nave de los locos (Ship of Fools). Murieron Stan Laurel, el Flaco, pareja cómica de Oliver Hardy, el Gordo, fallecido por su parte en 1957, Clara Bow y David O. Selznick; a su vez nacían Brooke Shields (31 de mayo) y Charlie Sheen (3 de septiembre).


En su edición de octubre, la famosa revista Playboy publicó un reportaje gráfico con los desnudos de una joven actriz francesa de quien apenas comenzaban a llegar sus primeras películas a México en ese año: Los paraguas de Cherburgo, A cazar solteros, Vicio y virtud. Su nombre: Catherine Deneuve. Por cierto, Repulsión, de Roman Polanski, a pesar de haberse filmado en ese 1965, se exhibiría en México hasta el 4 de julio de 1968, con motivo de la reinauguración del cine Regis como sala de arte, incluso después que Bella de día, de Luis Buñuel, que era posterior.

Cada quien tiene su lista personal de películas favoritas correspondientes a ese año. En los  días subsecuentes trataré de compartir la mía, sería interesante conocer la de los visitantes de Textos, mentiras y videos.


Jules Etienne