Aguirre, la ira de Dios (1972), una fábula alucinante de Werner Herzog.

martes, 12 de agosto de 2014

Robin Williams: LA SOCIEDAD DE LOS CAMALEONES ESTÁ DE LUTO

 
"Recoge rosas mientras puedas, los tiempos pasan pronto
y esta misma flor que hoy sonríe, mañana morirá."
La sociedad de los poetas muertos

En la secuencia final de La sociedad de los poetas muertos, los alumnos de John Keating (Robin Williams) se ponen de pie sobre sus escritorios para despedir al maestro que privilegiaba a la poesía como un acto de fe. Resulta obvio suponer que esa misma poesía se agotó en la existencia del actor que lo interpretara.
 
Cuando Robin Williams dio el salto al cine, después de haber participado en diversas series televisivas entre 1977 y 1979, lo hizo con un rol protagónico y para ser dirigido nada menos que por Robert Altman, un cineasta que ya gozaba del prestigio de haber triunfado en el festival de Cannes. Tratándose de un realizador con una filmografía que incluye títulos con una profunda densidad como Tres mujeres (Three Women, 1977) y de narrativa tan compleja como la de Imágenes (1972), no deja de llamar la atención que haya decidido aventurarse con Popeye, cuyo guión provenía de las tiras cómicas y sería coproducida por los estudios Disney.


El resultado fue un rotundo éxito de taquilla que se debió, en buena medida, a las caracterizaciones tanto de Williams como de Shelley Duvall -una perfecta Oliva, pareja de Popeye-. Ambos parecían extraídos de las páginas de las historietas para adquirir la vida que les confirió la pantalla. Entre 1980, año de producción y estreno de la película, y 1982, Williams tuvo que regresar a la televisión ante la falta de propuestas para trabajar en el cine, hasta que obtuvo el rol protagónico en El mundo según Garp, de George Roy Hill. Luego se presentaron otros papeles y entre ellos surgió Buenos días, Vietnam (1987), por la que recibió su primera nominación para el Oscar al mejor actor.


Una breve participación en Las aventuras del barón Munchhaüsen (1988) le permitiría trabajar con Terry Gilliam, quien lo llamaría para protagonizar su siguiente película: Pescador de ilusiones (The Fisher King), tres años más tarde. Sin embargo, durante ese mismo lapso tuvo la oportunidad de interpretar al personaje que se volvería emblemático de su carrera: el profesor John Keating en La sociedad de los poetas muertos.
 
Un maestro que incita a sus alumnos a iniciar su revolución introspectiva, a emprender la búsqueda de la propia identidad al margen de las imposiciones: "Al leer no piensen sólo lo que cree el autor, no olviden lo que ustedes creen, deben pelear por buscar cada uno su voz, porque cuanto más tarde empiecen, menos probable es que la puedan hallar." 


Entre la caricatura de Popeye y Peter Pan, el médico irreverente, las impertinencias del pastor previas a la boda, el homosexual propietario de un centro nocturno, la nana travesti y los presidentes  Roosevelt y Eisenhower, un personaje en Hamlet y el rey de la luna, se reconoce la capacidad de transformación de los camaleones: Robin Williams fue dirigido por cineastas con el prestigio de Coppola, Woody Allen y Mike Nichols, Gus van Sant, Kenneth Branagh y Peter Weir, además de los ya citados Altman y Gilliam. En su trayectoria convivieron lo mismo un Oscar por Mente indomable (Good Will Hunting, 1997) que las aparatosas superproducciones de Spielberg. En lo particular sigo manteniendo mi preferencia por el entrañable John Keating.
 

Jules Etienne

No hay comentarios:

Publicar un comentario